La música que escribo por impulso propio generalmente tiene que ver con la naturaleza y su Creador, pues entiendo que no es lógico que haya aparecido tanta belleza por casualidad o que pueda explicarse simplemente con la palabra “evolución”. Por eso comprenderán que una de mis obras preferidas sea la 6ª sinfonía de Beethoven, La Pastoral.
Me gusta escribir música para la voz humana, el primer instrumento musical y el único común a todas las culturas desde los primeros tiempos. Pero es a su vez también el más maravilloso y complejo de todos; espero contar aquí con el perdón de los organistas . . . que yo también lo soy.
Creo firmemente que la música por muy moderna que sea no debe perder la conexión con los grandes maestros del pasado, gracias a los cuales tenemos la música de hoy.
Un buen arreglo musical es como la ropa hecha a medida, más cara, pero es exclusiva y única.
Me gustan los desafíos que me ponen a prueba, que me obligan a esforzarme y me impulsan a continuar aprendiendo; la rutina me desagrada.